Título de La Nación - 29/10/2023 00:20:04

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Análisis. Ya nada volverá a ser como fuePor Joaquín Morales Solá

Un sector importante de la sociedad argentina sufre una depresión aguda desde el domingo pasado.

Sergio Massa y Javier Milei convocan al amor o al odio, a la adhesión o al rechazo.

No hay grisura posible en la relación de la sociedad con ellos.

Uno, Massa, porque está donde está por decisión del kirchnerismo, facción política a la que muchos argentinos quisieran ver encerrada en las páginas de una historia que ya pasó; el otro, Milei, porque mostró siempre un carácter intolerante y un escaso conocimiento de los derechos y las garantías constitucionales.

En medio de ese sombrío paisaje social, Mauricio Macri y Patricia Bullrich decidieron dar un salto sobre los consensos internos de Juntos por el Cambio y apoyar la candidatura de Milei en la segunda vuelta del 19 de noviembre.

En esas mismas horas, los Storani (Federico, todavía con importante predicamento en el radicalismo bonaerense, y su hermana María Luisa, vicepresidenta del centenario partido) anunciaron que votarían por Massa en el balotaje.

“Massa es la única opción democrática del balotaje”, declaró Federico; María Luisa fue más allá que su hermano y consideró “muy posible” un voto en masa de la UCR por el actual ministro de Economía y candidato presidencial.

¿Los Storani expresaron solo sus predilecciones personales? También Macri y Bullrich aclararon que respetarán la libertad de conciencia de los militantes de Pro.

Gerardo Morales y Martín Lousteau se horrorizaron más tarde por la decisión de Bullrich y Macri, pero guardaron un prudente (¿cómplice?) silencio sobre los anuncios electorales de varios dirigentes de su propio partido.

Es cierto que formalmente el radicalismo no hizo lo que pronosticó María Luisa Storani, pero la rabieta generalizada contra Macri y Bullrich describe a una conducción política más cerca de Massa que de Milei.

Sin embargo, franjas significativas de dirigentes radicales (los mendocinos, los cordobeses y los correntinos, por ejemplo) coinciden más con los núcleos sociales que detestan tanto a Massa como a Milei.

Tampoco están de acuerdo con la agresión verbal que la conducción partidaria les propinó a los líderes de Pro..

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